Don Juan, ese perdedor

EL BURLADOR DE SEVILLA. O EL CONVIDADO DE PIEDRA

Revisada mil y una veces, la figura de Don Juan viaja del desdén hacia el peligro en Tirso de Molina -ese repetido «¡qué largo me lo fiáis» con el que se mofa del castigo que le espera a la muerte por sus fechorías de alcoba y de sangre- al romanticismo redento de Zorrilla. Lo que uno no había visto aún es un Don Juan desmitificado hasta la cojera. ¿Quién da más? Dudo que Gregorio Marañón, autor de un conocido estudio sobre la figura del conquistador, estuviera de acuerdo con la interpretación que de nuestro mito hace el director norteamericano Dan Jemmett: a Don Juan se le puede despreciar -era el caso de Marañón-, considerarle una malformación del hombre maduro, pero no dudar de su poderío. Continuar leyendo “Don Juan, ese perdedor”

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