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deader than dead
19/11/2022
Idea, dirección artística, coreografía y escenografía: Ligia Lews.
En creación con los performers: Ligia Lewis, Jasper Marsalis, Jasmine Orpilla, Austyn Rich.
Performers: Corey Scott-Gilbert, Ligia Lewis y Damian Rebgetz.
Fechas: 19 y 20 de noviembre de 2022.
Idioma: inglés sin sobretítulos
40º Festival de Otoño
“Es razonable situar el mundo al borde del sentido y del NO sentido
Das vueltas y vueltas, luego te detienes y caes al suelo
¿Qué hay más muerto que la muerte?”. Ligia Lewis.
En origen, la pieza partía de una investigación sobre lo que en inglés se llama deadpan, lo inexpresivo, lo impasible, pero a partir de resortes cómicos para ilustrar la distancia emocional.
Lewis desarrolló inicialmente una coreografía para 10 intérpretes. Pero tras el parón pandémico al que apela el título (deader than dead [más muerto que la muerte]), surgió una variante para cuatro bailarines que arranca con el soliloquio culminante de Macbeth (“Mañana y mañana y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba final del tiempo escrito…”), en una reflexión sobre la repetición (tan teatral) y el sinsentido.
El resultado final es una obra que presenta varios módulos, donde cada uno de ellos ilustra de forma paródica la muerte, la inmovilidad y el vacío. La pieza está acompañada de una poderosa banda sonora en la que conviven cantos medievales, música electrónica y voces sintetizadas, y donde la partitura se rompe a veces dando paso a sonidos atmosféricos -como suelas golpeando la gran superficie amarilla sobre la que bailan o de troncos que caen contra el suelo-.
Las secuencias bailadas oscilan entre las representaciones de la muerte, las posturas de los cadáveres y las demostraciones de la enérgica actividad del grupo, alternando de forma tan rápida que ninguna acción parece estar exenta de la amenaza de la fatalidad.
El magnetismo de la danza de Ligia Lewis combina lo familiar y lo desconocido. En su obra, las metáforas sonoras y visuales se topan con el cuerpo, que materializa lo enigmático, lo poético y lo disonante. Estas danzas macabras que presenta en un espacio que evoca, con su luz blanca de tubo fluorescente, una sala de autopsias o un limbo entre la vida y la muerte, son deudoras de la tradición teatral que ha sido siempre una clave en su obra, en su práctica performativa. Una práctica atravesada por la agitación, la que le mueve por dentro, la que le duele, y la que transmite a través de los movimientos que plantea. Este acostumbrarnos, desde el lado de los blancos, a ver imágenes de cuerpos negros muertos, despersonalizados, deshumanizados, es convocado desde el escenario por cuatro artistas, más vivos que la vida”.
(Texto de La Casa Encendida)