Se busca: Albet y Borràs, peligrosos falsificadores

FALSESTUFF. LA MUERTE DE LAS MUSAS

¿Qué es original y qué es copia en el arte? Es sabido que los grandes genios no “roban”, sino que “se inspiran”, pero ¿se puede ser un genio de la copia? Y, más aún, ¿la copia, entendida como objeto meticuloso, perfecto, puede llegar a ser una obra de arte en sí misma? Estas son algunas de las reflexiones que Falsestuff. La muerte de las musas no invita a hacer -nada más lejos de su carácter ácrata y hedonista- o quizá sí. Puede que, como esas ideas insertadas en los sueños en Origen, salgamos del teatro pensando que la nueva locura de Nao Albet y Marcel Borràs no pretendía nada más que entretenernos, y hayan así logrado su objetivo: hablarnos muy seriamente de lo que quieren. Una vez más, el respetable piensa si ha asistido a una obra con mensaje. Y una vez más, la respuesta es: qué más da. El medio, en el dúo de autores-directores catalanes, es el mensaje. O al menos, si quieren, lo es también.

Su teatro, como sucedía con la brillante Mammón y con la siguiente y más enrevesada Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach, es un edifio multi-lingüístico -en un sentido literal, pues hay más de un idioma en escena, pero también por la profusión de lenguajes escénicos-, multireferencial y laberíntico. También un vehículo generacional de endiablada velocidad narrativa, claramente hijo del cine de su tiempo, sin que esto implique una merma de su teatralidad. Es la fiesta que todo adolescente quiere montarse con los amigos en la que, de forma inesperada, sucede la sorpresa de la madurez. Esto último, más si cabe en esta nueva obra, la más intricada de sus digresiones.

Una vez más, el respetable piensa si ha asistido a una obra con mensaje. Y una vez, la respuesta es qué más da. El medio, en el dúo de autores-directores catalanes, es el mensaje.

Falsestuff, título que remite al tema de lo verdadero y la copia, a la verdad y la mentira, en estos tiempos de incertidumbres y fake news, podría ser una novela poliédrica escrita por Bulgákov, una película de Tarantino, un musical kitsch de Broadway o un viaje narrativo a lo Robert Lepage. Ocurre que Falsestuff es muchas obras en una, una historia que gira, avanza, retrocede y salta entre bloques narrativos, rompiendo (sin romper) la cuarta pared de forma magistral -qué soberbio momento el de la rueda de prensa final- y jugando a inventar modos de transmitir una historia, como haría el Art Spiegelman más experimental, Grant Morrison -me perdonarán por meter con calzador un par de referencias de cómic- o Paul Auster creador de espejos deformantes dentro de burbujas deformadas.

"Falsestuff. La muerte de las musas" | Nao Albet y Marcel Borràs | CDN

Así, parte del público queda desconcertado con esos timadores que parecen estar echando una partida de algún juego de rol o de tablero. Pero no hay tal: es sólo un ejercicio de estilo en el que Albet y Borràs vienen a recordarnos que lo visto mil veces -un puñado de criminales planeando un golpe- se puede contar de mil maneras nuevas. Y además, de paso, arrancar unas cuantas risas al público.

Otra de las constantes de estos creadores es aprender a tomarse en serio lo de no tomarse la vida demasiado en serio -hablando de frases robadas- y sus espectáculos son hilarantes

Porque otra de las constantes de estos creadores es aprender a tomarse muy en serio lo de no tomarse la vida demasiado en serio -hablando de frases robadas- y sus espectáculos son hilarantes. Si Falsestuff tiene momentos más lentos, más exploratorios, en otros se lanza a la locura adrenalínica y a la farsa total y funciona con maestría. Sin ponerme muy sesudo: me lo pasé como un niño grande con su viaje al Salvaje Oeste más hortera, el de cowboys con flecos y timadores de feria, también con la mencionada partida de rol y con la fiesta desbocada en la mansión del temido magnate ruso, que retrata el a menudo ridículo mundillo del arte contemporáneo. Y hablando de este personaje, el universo del dúo está plagado de gángsters, tiroteos y excesos, así como de claves autoreferenciales -el personaje de Boris Kaczynski ya aparecía en su anterior obra- y criaturas memorables.

Creativos y ambiciosos en esta nueva producción con gran aparato escenográfico y amplio reparto, Borrás y Albet vuelven a ser el corazón del montaje también en escena, con su humor y soltura, y se rodean de enorme talento, con actores extranjeros como el rotundo Johnny Melville, mimo y clown británico que demuestra ser también un actor de intimidante presencia, el enorme vienés Thomas Kasebacher, o la lituana Diana Sakalauskaité, que borda un par de brillantes escenas. Junto a ellos, igual de entregados y convincentes, Laura Weissmahr, Sau-Ching Wong, Joe Manjón y Naby Dakhli.

Sí, sí, pero, ¿de qué va la cosa? O sea, la sinopsis, se preguntará, muy legítimamente, más de un lector. Podría contarlo, pero créanme, les arruinaría la experiencia. Digamos tan sólo que la historia arranca en un solitario almacén, donde varias personas han sido citadas, se asoma poco a poco a la vida de un enigmático falsificador de arte y acaba arrojando una idea tan alocada como egregia: si se puede hacer una copia de un lienzo o una escultura, ¿por qué no falsificar una obra de teatro? Si se preguntan cómo, vayan a ver la obra. Tiene miga.

Falsestuff es la más madura e interesante de las obras que he visto hasta ahora de Albet y Borràs, dos creadores que no han dejado de sorprenderme y divertirme. Puedes amar lo que hacen o no acabar de entrar en su propuesta, pero dudo que nadie pueda aburrirse en sus obras, una sesión continua de cine de autor empeñada en camuflarse como Serie B. Pero que estén programados en el Centro Dramático Nacional dice mucho sobre el alcance de su propuesta artística (o, al menos, debería).


Texto y dirección: Nao Albet y Marcel Borràs.  Escenografía: Adrià Pinar. Iluminación: Cube BZ (María de la Cámara y Gabriel Paré). Vestuario: Vera Moles. Composición musical y espacio sonoro: Nao Albet. Sonido: Edu Ruiz “Chini”. Vídeo: Oslo Albet. Coreografía: Nao Albet, Marcel Borràs y Sau-Ching Wong. Caracterización: Johny Dean. Intérpretes: Nao Albet, Marcel Borràs, Naby Dakhli, Thomas Kasebacher, Joe Manjón, Johnny Melville, Diana Sakalauskaité, Laura Weissmahr, Sau-Ching Wong, Pedro Azara (moderador coloquio), Benjamin Bridson (voz en off). Teatro Valle-Inclán (Sala Grande). Madrid.

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