LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO
Otra vez La importancia de llamarse Ernesto. Bien, nunca está de más disfrutar del repertorio más incontestable de Oscar Wilde, un enredo de personajes de la alta sociedad que tiene el récord de respuestas ocurrentes por página. Apunten ésta de Algernon, el soltero empedernido: «Todas las mujeres llegan a parecerse a sus madres. Ésa es su tragedia». Hay poco que decir del texto, bien adaptado por Alfredo Sanzol y José Padilla. Sanzol, autor navarro de comedias con sello personalísimo como Sí, pero no lo soy, dirige aquí a sus paisanos, la compañía del Teatro Gayarre, en una producción cuidada con escenografía floral y vestuario victoriano de Alejandro Andújar, en el que desentonan detalles como los pendientes y las melenas masculinas. Continuar leyendo “Importancia relativa”