Café del bueno

SÍ, PERO NO LO SOY

No está mal, para variar, ir al Centro Dramático Nacional y tener la sensación de que se ha equivocado uno y en vez del solemne Teatro María Guerrero se ha colado, sin querer, en alguna sala alternativa de Lavapiés. Sólo la cuidada escenografía de Sí, pero no lo soy, que firma Alejandro Andújar -y que recrea con lujo uno de esos bares decadentes de los años sesenta, con bola de discoteca, espejos por doquier y asientos tapizados en rojo- confirma al espectador que está en el principal teatro público, aunque éste haya sido “ocupado”, para bien, por una compañía curtida en otros territorios. Continuar leyendo “Café del bueno”

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