El espectáculo debe continuar

FOLLIES

Qué hermoso epílogo: “Hay que vivir, hay que querer, hay que reír”. Sonaría a pastel, a receta de autoayuda, si durante las tres horas anteriores no hubiéramos asistido a un carrusel sin concesiones llamado existencia, con su brillantina y sus harapos, una historia cargada de nostalgia, crueldad y resignación cantada por un maestro que hace musicales que no parecen musicales, Stephen Sondheim. La excusa elegida por el neoyorquino en Follies –cuatro décadas ha tardado en llegar a Madrid, inexplicable– es homenajear a su querida profesión, a través del viejo cabaret de variedades, un género en extinción. Pero hay más que eso en una historia cargada de brillo y decadencia. Continuar leyendo “El espectáculo debe continuar”

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