TEREBRANTE
Expectación ante lo nuevo en Madrid, tras su estreno en Temporada Alta, de Angélica Liddell, creadora que arrastra una cla de fieles y curiosos allí donde va, consagrada por Avignon y Venecia, Caballero de la Orden de las Artes y las Letras francesa y pope de las artes vivas. Tanto que el Festival de Otoño se permite programarla lejos de Madrid, en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial -fabuloso espacio, por cierto-, consciente de que hasta allí la seguirá el “lleno”. Tanto que, acaso sabiéndose en otro escalón, decide dinamitarlo todo, tirar la casa por la ventana y prescindir de cualquier vestigio de lo previsible, de lo convencional, algo normal en su obra y en la de cuaquier creador que se precie, pero que Liddell lleva aquí al extremo, empezando por el texto. Y siguiendo, posiblemente, por el público. Continuar leyendo “Cuadro flamenco con cabra y quejío”