Ni sombra de lo que son

CONVERTISTE MI LUTO EN DANZA

Tiene La Zaranda entre sus muchas virtudes la de ser grandes tituladores. El nombre de un espectáculo es, en sí mismo, un arte. Uno con gancho, con literatura, que desencaje el puzle de nuestro interés extraviado en esta sociedad poliestimulada, bombardeada por todos los flancos es ya en sí mismo un éxito. Antes de entrar al teatro el espectador imagina y elucubra. Esconded las gallinas que vienen los cómicos. Perdonen la tristeza. Los que ríen los últimos. Homenaje a los malditosAhora todo es noche… No sigo porque son muchos años de brillante trayectoria y no menos brillantes títulos. El caso es que eso deja lugar al juego. Que me perdonen si les robo uno, Ni sombra de lo que fuimos, para parafrasearlo al hilo de este montaje que no es producción de La Zaranda, sino de La Extinta Poética, pero que lleva la firma de Eusebio Calonge y Paco de la Zaranda en la autoría y la dirección. Continuar leyendo “Ni sombra de lo que son”

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La Zaranda toca fondo

"Ahora todo es noche", de La Zaranda
AHORA TODO ES NOCHE

Corona estable del teatro postdramático poético-arrabalero,  La Zaranda, compañía convertida ya en “Teatro Inestable de Ninguna Parte” -el apéndice “de Andalucía la Baja” se quedó por el camino, autoexiliados de su tierra-, parece querer acercarse a sus retratados en una nueva incursión en la miseria cotidiana, que en esta ocasión es pecuniaria también. Son tres parias que no vienen de ningún lugar ni van a ningún sitio. Tres sin techo, tres tirados que han ido a naufragar en un aeropuerto. Y con ellos, tocando fondo en una alegoría -otra más- de la tristeza y la desesperación, los jerezanos tocan techo. ¿Dije suelo o techo? En esta ocasión la distancia que separa a uno de otro cabe en un titular, en una obra de Shakespeare, en una hora y media de teatro grande . Continuar leyendo “La Zaranda toca fondo”

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Piensan, luego existen

EL RÉGIMEN DEL PIENSO

La Zaranda llega al Centro Dramático Nacional y, al contrario que otros, que se difuminan en el encargo o quedan empequeñecidos por la responsabilidad, los de Jerez ofrecen su mejor cara, insobornable y libérrima. Son muchos años, dirán, y no vamos ahora a vendernos por menos de nada. Los autores de Los que ríen los últimos, Homenaje a los malditos o Nadie lo quiere creer no han cambiado, fieles a una concepción del teatro en la que no tiene cabida el realismo ni la narrativa, pero se ríen también del post dramatismo, como si dijeran: eso lo llevamos nosotros haciendo toda la vida sin tanto ruido. Eso sí, hay que tener actores: grandes Paco Sánchez, Gaspar Campuzano y Enrique Bustos, y muy bien adaptado a sus códigos el fichaje, Javier Semprún. Continuar leyendo “Piensan, luego existen”

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Artistas de la taxidermia

NADIE LO QUIERE CREER

Como un Lázaro ajeno a su destino, La Zaranda muere y resucita en Nadie lo quiere creer, su más reciente espectáculo, subtitulado La patria de los espectros; también el más oscuro y macabro, una composición naturalizada –no por teatro naturalista, nada más lejos de lo que La Zaranda cultiva actoralmente, sino por los guiños de taxidermia de esta fábula de andalucismo gótico– en la que junto a aves disecadas, los de Jerez meten en cloroformo al ser humano. Continuar leyendo “Artistas de la taxidermia”

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El viaje a ninguna parte de La Zaranda

LOS QUE RÍEN LOS ÚLTIMOS

“Ladys and gentlemen, welcome to the fascinang world of the Zarandini Brothers”. Así, con inglés andaluz y de la tierra, se presenta en Los que ríen los últimos La Zaranda, que es también y en parte esos Zarandinis, cómicos de la legua o artistas circenses ambulantes. Como sus personajes, han dado en todo y nada, empeñados en su genial malditismo. Y regalan en éste, de nuevo un texto maravilloso de Eusebio Calonge, otro recital de poesía pedestre, de sabiduría popular y de teatro puro. Continuar leyendo “El viaje a ninguna parte de La Zaranda”

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La Zaranda derrama litros de poesía

HOMENAJE A LOS MALDITOS

La Zaranda, sueño y esperpento, son tierra y pueblo, sentir de una España de la que se ríen y a la que comprenden a la vez, son una vieja hecha vino añejo. Son poesía de tasca o farra sobre el escenario, que al cabo debiera ser lo mismo para los cómicos de carretera. Como en una birrachera, el vino y la palabra se aúnan. “In vino veritas”. Aman las esencias, las raíces, los porqués iniciales, sin dejar de hacerse preguntas. Continuar leyendo “La Zaranda derrama litros de poesía”

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