CAMPANADAS DE BODA
Las bodas son terreno abonado para el humor. Es fácil caer en los tópicos, aunque tampoco hay que evitarlos si se sabe bracear con gracia entre el costumbrismo y la parodia. Hasta el terror le ha sacado provecho a un enlace españolísimo en la estupenda [Rec]3. La Cubana va a lo suyo, lo que lleva años haciendo, el retrato kitsch de la gente corriente, y nos lleva a las horas inminentes a un “sí quiero” en el que nada falta: la madre dominante, el hermano gay, la tía con mantilla, la nuera brasileña..
La compañía catalana tiene algún gag acertado, un ritmo endiablado y un reparto de altura, cómicos de primera todos. Pero el texto no logra una sublimación cómica real. Los tópicos se pueden abordar, pero no con frases y diálogos tópicos. Una muestra: “Es más vieja que Matusalén”, dice un personaje de un familiar, y otro tanto se podría aplicar al símil mismo.
La Cubana se reserva lo mejor para el final: una traca de bailes, alegría y talento musical y bufo en la esperada boda, una ceremonia virtual entre Madrid y Bombay
Como ya hacía en la muy superior Cómememe el coco, negro, La Cubana se reserva lo mejor para el final: una traca de bailes, alegría y talento musical y bufo en la esperada boda, una ceremonia virtual entre Madrid y Bombay con derroche hortera-floral y una catarsis colectiva en la que rompen la cuarta pared y convierten al público no ya en espectador sino en invitado.
Qué pena que para esta media hora divertidísima haya que pasar una travesía del desierto de casi dos. Un poco más y esperan a la recena.
Idea y guion: Jordi Milán. Director: J. Milán. Música: Joan Vives. Intérpretes: Xavi Tena, Toni Torres, María Garrido, Meritxell Duró, Annabel Totusaus, Alexandra González, Babeth Ripoll, Bernat Cot, Montse Amat, Oriol Burés, Àlex Esteve. Nuevo Teatro Alcalá. Madrid.
Crítica publicada originalmente en La Razón, recogida en Notas desde la fila siete (Octubre 2013).