TODO ES ENREDOS AMOR
Como las estancias contiguas unidas por un pasadizo secreto que propician el laberinto cómico-galante de Todo es enredos amor, en esta etapa de la Compañía Nacional de Teatro Clásico también funciona la teoría de los vasos comunicantes: la idea de contar con unos veteranos invitados como Meridional Teatro para dirigir a la Joven Compañía –la «cantera», todo actores por debajo de 30 años–, aunque sea con un autor áureo “desconocido” como Diego de Figueroa y Córdoba (es su “debut” en la CNTC), da frutos en un montaje divertido y ágil, con verso bien dicho y un sorprendente bloque actoral. Continuar leyendo “Vasos comunicantes”