NEBBIA
La unión de una compañía de circo, la canadiense Cirque Éloize, y otra dramática, la suiza Teatro Sunil, ha dado lugar a una trilogía firmada por el director Daniele Finzi Pasca. Arrancó con Nomade, disfrutamos en Madrid con Rain y, un año después, llega Nebbia, nueva muestra del talento de esta feliz joint venture que reinventa el circo en pequeño formato con ocho acróbatas y un maestro de ceremonias que son también actores y músicos.
No faltan los momentos circenses ejecutados con escuela ejemplar, pero, más que en Rain, en esta ‘niebla’ del título prima el teatro sobre el riesgo. El universo sensible y vintage de Finzi Pasca se acentúa entre bosques de platos giratorios y lluvias de corchos en un viaje que nos habla de pueblos latinos y de locos que contemplan las estrellas.
No faltan los momentos circenses ejecutados con escuela ejemplar, pero, más que en ‘Rain’, en esta ‘niebla’ del título prima el teatro sobre el riesgo
Hay escenas de gran plasticidad, con una iluminación ejemplar –en especial un bellísimo juego de espejos y haces de luz– y una estética que juega con la pureza sin olvidar que la poesía se puede hallar hasta en una carnicería. Aunque se deja llevar más por la melancolía –Rain era más alegre–, Nebbia tiene sus dosis de humor y no defrauda: esperamos más visitas de Éloize y Sunil.
Autor, director e iluminación: Daniele Finzi Pasca. Dirección de creación: Jeannot Painchaud. Música y coreografías: Maria Bonzanigo. Reparto: Jean-Philippe Cuerrier, Annie-Kim Déry, Stéphane Gentilini, Catherine Girard, Evelyne Laforest, Sandrine Mérette, Gonzalo Muñoz Ferrer, Félix Salas, Benoit Vis. Teatro Compac Gran Vía. Madrid.
Crítica publicada originalmente en La Razón y recogida en Notas desde la Fila Siete (Abril 2010)