Carne de primera

SWEENEY TODD

La cafetería del Teatro Español, durante el descanso de Sweeney Todd, ofrecía unas empanadas de carne que más de un espectador miraba con recelo. Si no pillan la ironía es porque no vieron este impresionante montaje hace diez años (su director, Mario Gas, lo ha rescatado, y estará en cartel hasta enero), ni la versión cinematográfica que hace unos meses estrenó ese Peter Pan llamado Tim Burton. No importa: están a tiempo de reconciliarse con el género gracias al mejor y más atípico musical que ofrece la cartelera ahora (y acaso en años). Todo en esta producción brilla, empezando por la historia y la partitura, macabras, divertidas, geniales, de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler.

Letras y música tienen mucha carne a la que hincar el diente. Hay crítica social, la de un Londres victoriano en el que la justicia abusa del pueblo, y lección existencial: todos, de tenderos a reyes, pasamos al final, como profetizó Jorge Manrique, por la picadora.

Letras y música tienen mucha carne a la que hincar el diente. Hay crítica social y lección existencial: todos, de tenderos a reyes, pasamos al final, como profetizó Jorge Manrique, por la picadora

Pero, sobre todo, hay un divertidísimo y sangriento cuento de venganza, la de un honrado barbero arrastrado por un juez sin escrúpulos a convertirse en asesino y asociado a una codiciosa burguesa. Ambos hallan la solución a sus problemas: transformar a enemigos y clientes en pastelitos de carne, que acabarán siendo la sensación del vecindario. Este Sweeney Todd no tiene nada que envidiar a la película: Mario Gas se lo pasa como un niño grande con momentos «gore», efectos especiales, escenografías móviles… Y demuestra su conocimiento escénico en la concepción coral del montaje: nadie sobra ni falta en este compendio de referencias y buen gusto.

El último ingrediente de este sabroso pastel es su reparto encabezado por Vicky Peña, hilarante e inimitable como Miss Lovett –éste es uno de sus grandes papeles– y Joan Crosas, poderoso en su Sweeney Todd

El último ingrediente de este sabroso pastel es su reparto encabezado por Vicky Peña, hilarante e inimitable como Miss Lovett –éste es uno de sus grandes papeles– y Joan Crosas, poderoso en su Sweeney Todd; ambos además se defienden bien en las canciones.

Aunque para voz, la de Ruth González, que da vida al huérfano Toby, y la pareja de enamorados que encarnan María del Mar Maestu y Pedro de los Ríos. Divertidos y con oficio son los Pirelli de Esteve Ferrer y el alguacil Bamford de un rotundo y muy cómico Pedro Pomares. Todo el reparto, hasta los secundarios, merece elogio. Este Sweeney Todd es referencia para lo que debiera ser todo musical: comercial, pero no por ello insultante a la inteligencia. ¿Tan difícil era?

Música y letras: Stephen Sondheim. Libreto: Hugh Wheeler. Traducción: Roser Batalla y Roger Peña. Dirección artística: Mario Gas. Dirección musical: Manuel Gas. Intérpretes: Joan Crosas, Vicky Peña, Pedro de los Ríos, María del Mar Maestu, Ruth González, Xavier Ribera-Vall, Esteve Ferrer, Pedro Pomares… Escenografía: Jon Berrondo. Vestuario y caracterización: María Araujo. Teatro Español. Madrid.

Crítica publicada originalmente en La Razón, recogida en Notas desde la fila siete (Octubre 2008).

 

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