REY LEAR
Oscuro como una lobera, así es este Rey Lear de Gerardo Vera en el Centro Dramático Nacional. Al fin y al cabo, de eso habla Shakespeare, de lobos, o de hombres que son lobos para el hombre. Como las hijas de Lear, Gonerill y Regan -estupendas Carme Elias y Cristina Marcos, la mejor del reparto-, que humillan y abandonan a su anciano padre tras ganárselo con palabras. Lobo hambriento es Oswald -muy bien también un poderoso y magnético Jesús Noguero-, que reclama con engaños y traición a su propia familia lo que el nacimiento le negó. El bien y el mal, el poder, la ambición, la lealtad, la traición, todo está en El Rey Lear.
Vera suelta a los lobos en la árida estepa de un escenario adusto y les deja hacer sabiamente. Ver a Alfredo Alcón es una fiesta, sabe saltar del Lear firme al desvalido. Y Miryam Gallego es una deliciosa Cordelia, tierna y sincera. Les acompañan actores con mucho teatro a sus espaldas: el fiel Kent de Pedro Casablanc, el Gloucester de Juli Mira, el hombre convertido en despojo que es Albert Triola como Edgar… Juan Mayorga aporta su prosa exacta y hermosa. Verle firmar buenas versiones de clásicos es ya costumbre, aunque esta vez se eche en falta algo más de la musicalidad del verso original, demasiado transformado en prosa oscura y contundente.
Para acabar, una pregunta: ¿por qué casi tres horas sin descanso? ¿Exceso de confianza en la calidad de la propuesta o, todo lo contrario, temor a que en el descanso haya desbandada? Los designios de un director son insondables a veces.
Autor: William Shakespeare. Dramaturgia: Juan Mayorga. Director: Gerardo Vera. Intérpretes: Alfredo Alcón, Myriam Gallego, Carme Elias, Cristina Marcos, Luis Bermejo, Jesús Noguero, Chisco Amado, Pedro Casablanc, Juli Mira, Víctor Pi, Albert Triola. Iluminación: Juan Gómez-Cornejo. Teatro Valle-Inclán. Madrid.
Crítica publicada originalmente en La Razón, recogida en Notas desde la fila siete (Marzo 2008).