VERSUS
Uno de los creadores más transgresores de la escena española -e internacional- parece haber cambiado la revolución por la evolución. Ya en Aproximación a la idea de la desconfianza (2006), su anterior montaje visto en Madrid, se encaminaba más a la reflexión íntima que a las consignas político-sociales. Este Versus, uno de sus más hipnóticos montajes, se aleja del antiguo Rodrigo García, del que quedan por supuesto marcas de la casa: su obsesión por la comida esparcida, por los animales, está presente aunque minimizada; las acciones de sus actores son cada vez más verbales, menos físicas, aunque hay momentos en los que los cuerpos y el descontrol priman.
Espectáculos como Compre una pala en Ikea para cavar mi tumba o La historia de Ronald, el payaso de McDonalds eran impactantes, con su despliegue de materias orgánicas. Pero el estancamiento del lenguaje creativo empezaba a ser el peor enemigo del autor y director.
Este Versus, uno de sus más hipnóticos montajes, se aleja del antiguo Rodrigo García, del que quedan por supuesto marcas de la casa: su obsesión por la comida esparcida
El hispano-argentino ha sabido concentrar sus mensajes en su texto y en las escenas que propone, no narrativas, que son tan poderosas como las antiguas pero que buscan terrenos y ritmos nuevos. Pienso en el humor sutil de los mensajes y anuncios por palabras que esconde un plato de espaguetis, en el macabro proceso de embalsamamiento de un muerto, en la violencia ejercida contra una joven atada, en unos globos aislados iluminados desde el interior o en el uso de animaciones.
Rodrigo García deja de ser en Versus una marca de modernidad y abraza mundos impensables antes en su obra, como el flamenco. La unión de dos cantaores con un dúo de punk (muy «cañeras» estas Chiquita y Chatarra) ofrece momentos de auténtico temblor. Pero parece como si García ya no tratara de arreglar el mundo y prefiriera entender la vida y sus contradicciones.
Rodrigo García deja de ser en Versus una marca de modernidad y abraza mundos impensables antes en su obra, como el flamenco
Quizá por eso, el cénit de Versus se alcanza en un doble monólogo sobre las «putadas» que nos hacen. En Aproximación… apuntaba este camino sin atreverse a romper con el resto de su obra. García ha crecido: Versus es valiente y, quizá, un punto de inflexión en su obra.
Por cierto, poco hay del bicentenario de 1808, pilar inicial de este encargo de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales. Es lo que tiene trabajar con creadores libres. Al menos ha servido para verle en el Festival de Otoño..
Texto: Rodrigo García. Dirección: Rodrigo García. Luz: Carlos Marquerie. Animación: Cristina Busto. Vídeos: Ramón Diago. Reparto: Patricia Álvarez, David Carpio, Amelia Díaz, Rubén Escamilla, Juan Loriente, Nuria Lloansi, David Pino, Daniel Romero, Víctor Vallejo, Isabel Ojeda. Música: Tape, Chiquita y Chatarra, David Pino y David Carpio. Festival de Otoño. Naves del Español-Matadero Madrid. Noviembre 2008.
Crítica publicada originalmente en La Razón y recogida en Notas desde la Fila Siete (Noviembre 2008)