Premios Talía: Banderas, Mayorga y Ron Lalá triunfan en los nuevos galardones de las artes escénicas

28-3-2023. Ya han nacido, ya son una realidad. Los Premios Talía de la Academia de las Artes Escénicas de España (AAEE) celebraron anoche su primera edición en Madrid, con el imponente y hermoso Teatro Español como sede de una gala que reunió a grandes nombres de la profesión teatral. Antonio Banderas fue uno de los triunfadores: el musical Company que produce y protagoniza se llevó tres premios: Dirección Musical de Teatro Musical (Arturo Díez Boscovich), Actor de Comedia Musical (el propio Banderas) y  Espectáculo de Teatro Musical. Además, nuestro actor más internacional le entregó el Premio de Honor a Lola Herrera. Otro ganador de la noche fue el dramaturgo Juan Mayorga, premiado como Autor por El Golem, además de compartir -en cierto modo- premio con Blanca Portillo, que recogió su estatuilla como Actriz Protagonista por Silencio.

También pueden considerarse triunfadores -y disfrutaron del momento- la gran familia de Ron Lalá y Ay Teatro, compañías hermandas a través de Álvaro Tato y Yayo Cáceres, dúo de autor y director en ambas, que lograron respectivamente el premio a Productora Privada de Espectáculo Escénico, para Ron Lalá, y los de Música Original y Espectáculo de Compañía, para Ay Teatro por Malvivir, el montaje de pícaras áureas protagonizado por Aitana Sánchez-Gijón, Marta Poveda y Bruno Tambascio -coautor con Cáceres de la música-, premios que agradecieron, cómo no, en verso y con ingenio (gracias, gracias, gracias).

El debut de los Premios Talía fue un triunfo en lo organizativo, con retransmisión a través de la plataforma Play de RTVE, con nuestro querido compañero Daniel Galindo frente a la cámara en la alfombra roja

Un éxito sin duda para los organizadores, la Academia de las Artes Escénicas, entidad del sector creada hace pocos años y presidida por Cayetana Guillén Cuervo que en poco tiempo ha crecido (732 miembros) y ha sabido crear unos premios propios que hacía año que necesitaban los profesionales de las tablas. Estaban, claro, los Max, que entrega la SGAE, además de otros galardones (los Rojas, el Valle-Inclan, los de la Unión de Actores, los de AISGE, etc.), pero hacían falta unos colegiados de la propia profesión.

El debut de los Premios Talía fue un triunfo en lo organizativo, con retransmisión a través de la plataforma Play de RTVE, con nuestro querido compañero Daniel Galindo frente a la cámara en la alfombra roja, y con un quién es quién de populares rostros del los escenarios y conocidos prtagonistas de la vida teatral: Natalia Menéndez, José Sacristán, Pepón Nieto, Israel Elejalde, Julieta Serrano, Jesús Cimarro, El Mago Pop, Javier Gutiérrez, Andrés Lima, Mariano de Paco, Luz Arcas, Álex García

La Academia no olvidó a las profesiones técnicas: Lorenzo Caprile y Mariela Calderón subieron a recoger su estatuilla por el vestuario del musical ‘El tiempo entre costuras’

Por supuesto, estuvieron prácticamente todos los premiados (faltó tan solo el bailaor y coreógrafo Israel Galván, cuyo premio recogió Antonio Najarro). La noche vio pasar por el escenario del Español a Carmelo Gómez (Actor Protagonista, por Las guerras de nuestros antepasados), Sergio Bernal y María Hervás (que recibieron un galardón especial al talento emergente), Rocío Molina (Intérprete Femenina de Danza, por Vuelta a uno), Goitzalde Núñez (Actriz de Reparto por La vida es sueño), Luis Bermejo (Actor de Reparto por Los santos inocentes, montaje que logró otro galardón, precisamente el de Mejor Espectáculo Teatral), Mireia Portas, que conquistó como Actriz de Teatro Musical con su papelón en Cantando bajo la lluvia, María Pagés y El Arbi el Harti por Sherezade (Espectáculo de Danza), Antonio Ruz por Pharsalia (Coreografía)…

Premios Talía 2023

La Academia no olvidó a las profesiones técnicas: Lorenzo Caprile y Mariela Calderón subieron a recoger su estatuilla por el vestuario del musical El tiempo entre costuras (con mención del modisto a Eduardo Vasco, quien le “dio la alternativa” teatral en 2006 con aquel delicioso Don Gil de las calzas verdes). “Que los Talía sigan cosiendo sueños durante muchos años”, deseó el profesional de la costura. Juanjo Llorens hizo lo propio por la iluminación de Los chicos del coro, y Ricardo Sánchez Cuerda levantó un galardón por la llamativa escenografía de La historia interminable. Otro musical, El Rey León, se llevó un premio especial del Público por sus 15 años en cartelera.

Antonio Resines, muy divertido, aseguró esperar no tener que recoger nunca más el premio Vuelta a la Vida, creado ‘ad hoc’ por su recuperación tras pasar un complejo covid

Hubo dos momentos de reconocimiento con galardones honoríficos: a Lola Herrera, por sus 87 años y más de 65 de profesión (“tenemos una profesión dura, pero la más hermosa; gracias al teatro”, dijo emocionada la popular actriz), y a Antonio Resines, muy divertido, que aseguró esperar no tener que recoger nunca más el premio Vuelta a la Vida, creado ad hoc por su recuperación tras pasar un duro covid.

Así hasta 31 premios en total en una gala no especialmente larga y bien medida -siempre hay algún premiado que se alarga en los agradecimientos, otros fueron sucintos- que tendió la mano a la lírica, con premios a los cantantes Jorge de León, por Aida, y Saroia Hernández, por Nabucco, y a la producción del Teatro Real El ángel de fuego. También al circo, donde Los Galindos reivindicaron espacio para la libertad y la creación, al recoger su premio por Muertos de risa. Y hasta para producciones de allende el charco: las argentinas Hermanas Marull por Lo que el río hace (Espectáculo Latinoamericano de Artes Escénicas) y Eduardo Galán, que con Lecciones de vida, la profesora se llevó otro premio que apuntaba a América (Producción de Artes Escénicas en Nueva York de Autoría Hispana). Hubo incluso espacio para lo académico, con un reconocimiento al Salón del Libro Teatral (Talía a los Estudios y Divulgación).

Se han hecho muchas cosas bien. Otras deberán mejorarse. Es tentadora la inclinación a la endogamia, y a la Academia podría ocurrirle lo que a otros premios, desinflados con los años

Presentado con soltura y buen hacer por la presidenta de la AAEE, Cayetana Guillén Cuervo, quien tuvo palabras para su familia y le arrancó lágrimas a su madre, Gemma Cuervo, la gala contó con algunos números musicales (sin abusar), con una India Martínez muy flamenca, Pilar Jurado y Alejandro del Cerro entonando El gato montés y algo de danza de la mano de Antonio Najarro, además de un homenaje lorquiano a siete voces con conocidos actores y directores (Aitana Sánchez-Gijón, Marta Poveda, Carlos Hipólito, Lluís Homar, Magüi Mira, Raúl Prieto y Manuela Velasco). Todo bien medido. No faltó el apoyo institucional, sin fisuras ideológicas o partidistas: estuvieron el Ministro de Cultura Miquel Iceta, el Alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y la Concejala de Cultura del consistorio madrileño, Andrea Levy. Es de agradecer que los artistas no convirtieran la gala en un goteo de reivindicaciones políticas por una vez.

Ha sido una primera edición. Se han hecho muchas cosas bien. Otras deberán mejorarse. Es tentadora la inclinación a la endogamia, y a la Academia podría ocurrirle lo que a otros premios, desinflados con el paso de los años al darse solo a los socios o los amigos. Sin desmerecer a los premiados, cabe pensar, más que en las presencias, en las llamativas ausencias de esta primera edición entre los candidatos. La transparencia en las normas y en los procesos de filtrado y votación serán clave para que el público y la propia profesión se tomen en serio estos galardones con los años.

Sin duda, los Goya, premios asentados en los que toda la industria del cine se vuelca, es un espejo en el que mirarse. Como se enseña en las escuelas de negocio, un “caso de éxito”. Harán mal en no fijarse en aquello que los Goya han hecho bien durante décadas y en aquellas piedras en las que el cine ha ido tropezando (y que el teatro podría evitarse). Y se me ocurre una rápida: cuiden mejor a la prensa teatral. Destacados informadores del sector no fueron invitados.

Era ya hora de que la profesión teatral tuviese unos premios de calado que fueran representativos, sin olvidar el aspecto del espectáculo y el glamour que, creo firmemente, deben acompañar a una gala de este tipo

Falta también hacer estas galas más originales, dinámicas, diferentes, pero esa es, en general, una asignatura pendiente en España -no se salvan ni los Goya ni los Max- en la que no acabamos de aprender de las lecciones que, año a año, nos lanza la industria americana, tan práctica siempre, que entiende el show business como nadie. Lo de una treintena de premios, por ejemplo, es para que las cabezas pensantes le den una vuelta.

Hecho este aporte o aclaración, enhorabuena a los premiados. Y enhorabuena a los organizadores. El apoyo de importantes patrocinios (Iberia, RTVE, Caixabank, Astra Zeneca, Once, Starlite y 20 Minutos, entre otras empresas) sin duda lo ha hecho posible, pero había que lograrlos y no es tarea fácil. Era ya hora de que la profesión teatral tuviese unos premios de calado que fueran representativos, sin olvidar el espectáculo y el glamour que, creo firmemente, deben acompañar a una gala de este tipo. Bien en general los invitados en este aspecto: cuidaron su atuendo, al menos unos mínimos que se han perdido en otras entregas de premios, mucho más de andar por casa. Enamorar, crear ilusión, es importante si se quiere conquistar al público y atraerlo a las salas, que al final es de lo que se trata. No nos olvidemos: este es un escaparate poderoso con millones de potenciales espectadores en los próximos años si se hacen bien las cosas.

Estrellas Volodia

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