Israel Elejalde, en el montaje / Foto: Vanessa Rabade
RICARDO III
Hay algo en la tragedia de Ricardo III que invita a pensar en una farsa trágica. Tan mezquino es su protagonista que en el primer y célebre monólogo destapa sus intenciones frente al espectador. Sin máscaras, pronuncia: ““He urdido tramas, siniestros preámbulos, / con sueños, libelos y ebrias profecías, / para que mi hermano Clarence y el monarca / se enfrenten con odio mortal el uno al otro; / y si el rey Eduardo es tan íntegro y tan puro / cual yo ladino, falso y traicionero, / a Clarence meterán hoy en la jaula”. *Continuar leyendo «Ubú majestad»
Precedido de enormes expectativas, por fin rugió en Madrid El Rey León. Justificadas, en parte: es difícil no emocionarse ante la grandiosa teatralidad impregnada de esencia africana del arranque de este musical: los quince minutos de «El ciclo vital» resumen la aventura iniciática del protagonista y merecen por sí solos estar en la historia del teatro. Continuar leyendo «Rey, pero no emperador»
Cuando el punto de partida de un montaje es tan elevado, es difícil que el resultado defraude. Es lo que ocurre con West Side Story, que acaba de aterrizar en Madrid en un nuevo montaje español. El superlativo musical de Leonard Bernstein, Stephen Sondheim y Jerome Robbins -en este caso la autoría es triple, porque las coreografías del original son también inolvidables, o cuádruple si añadimos el extraordinario guion de Arthur Laurents– tiene su sitio ya en el imaginario colectivo, y como ocurre con un buen Hamlet, un Fuenteovejuna, un Tío Vania o, por seguir con musicales, un Cabaret, este título nunca sobra en la cartelera. Y si se hace como se acaba de ver en el Teatro Calderón de Madrid, con una producción que no escatima en escenografías, cuida las voces y el reparto, y mima el ritmo, cabría poco que objetar. Y aún así, lo hay. Esta notable versión, muy recomendable en general, adolece de un par de decisiones de dirección que al enamorado del clásico le harán subirse por las paredes. Sí, son quejas de purista. Pero en este caso, importantes. Con todo, merece la pena ir a verla.
David Luque, Gonzala Scherman y Juan Díaz, en la obra
MEDIDA POR MEDIDA
Mateo, 7:2: «Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá«. El mensaje de Medida por medida, extraña comedia (¿tragicomedia?) de Shakespeare está contenido en el pasaje bíblico que el propio autor se encarga de citar. ¡Qué buen gobernante hubiera hecho el inglés, tan sensato siempre! Su mensaje nos alcanza cuatro siglos después rabiosamente vivo: un alegato contra la hipocresía y la doble moral, esta vez en una ‘joint venture’ de compañías españolas con solera: Factoría Teatro e [In]Constantes Teatro.
Sánchez, Bustos y Campuzano, en la obra/ Foto: Gerardo Sanz
AHORA TODO ES NOCHE
Corona estable del teatro postdramático poético-arrabalero, La Zaranda, compañía convertida ya en «Teatro Inestable de Ninguna Parte» -el apéndice «de Andalucía la Baja» se quedó por el camino, autoexiliados de su tierra-, parece querer acercarse a sus retratados en una nueva incursión en la miseria cotidiana, que en esta ocasión es pecuniaria también. Son tres parias que no vienen de ningún lugar ni van a ningún sitio. Tres sin techo, tres tirados que han ido a naufragar en un aeropuerto. Y con ellos, tocando fondo en una alegoría -otra más- de la tristeza y la desesperación, los jerezanos tocan techo. ¿Dije suelo o techo? En esta ocasión la distancia que separa a uno de otro cabe en un titular, en una obra de Shakespeare, en una hora y media de teatro grande . Continuar leyendo «La Zaranda toca fondo»
Areta Bolado, como Titania / Foto: Tamara de la Fuente
SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
Comparada con la versión de la compañía gallega Voadora, cualquier otra producción de El sueño de una noche de veranovista hasta ahora me viene a la memoria transformada: ahora parecen recuerdos pesados, sin sustancia, insulsos. La de estos iconoclastas visitantes del CDN puede ser muchas cosas, empezando por no ser acaso siquiera lo que su título reza, porque de Shakespeare queda bien poquito. Pero, desde luego, aburrida no es. Continuar leyendo «Las diosas deben de estar locas»
Mendoza, el bravo coronel, viene de vencer a un general traidor junto a su compadre Aguirre cuando la Mujer Luna les asalta en el camino. Las tropas de Pancho Villa van ganando la revolución a los federales, pero un destino especial les aguarda a los dos hombres de armas: él será general, primero, y gobernador, después, y Aguirre, aunque no habrá de disfrutar la gloria, será padre de un líder. Mendoza regresa a su rancho, donde Rosario, su esposa, le animará a agarrar la fortuna anunciada por la santona con las manos, aunque tenga que ensuciárselas de sangre. Continuar leyendo «¡Viva Mendoza!»
Toda comedia tiene en Shakespeare, maestro de la comunicación entre géneros, momentos que amenazan tragedia, aunque al final no se cumpla el presagio, y toda tragedia tiene sus escenas livianas. O casi toda. Entre las más duras está Otelo, oscura y sin apenas concesiones. Ver a un patio de butacas doblado de risa con una propuesta bufa de la historia del moro es un acontecimiento singular. Y, en este caso, el del Otelo del director argentino Gabriel Chamé que ha estrenado en España el Festival de Almagro, toda una experiencia teatral. Continuar leyendo «Shakespeare, más divertido en la tragedia que en la comedia»
El Cirque du Soleil es una hipérbole. Juzgarlo como un espectáculo aislado no da una imagen real de su propuesta; hay que entenderlo como una historia, una narración que comienza hace treinta años con un artista callejero llamado Guy Laliberté y llega a nuestros días como un conglomerado milmillonario vendido a inversores de varios países. Continuar leyendo «Fantástico Cirque»
En una célebre escena de Ser o no ser, de Lubitsch, el primer actor se desesperaba cada vez que, al comenzar el célebre monólogo de Hamlet, un espectador de la primera fila se levantaba reventándole su gran momento. Así debió de sentirse el pasado miércoles Juan Diego. Nada más encarar el arranque de Ricardo III, dos móviles se impusieron persistentemente. Continuar leyendo «¡Su reino por entender algo!»